Las Heladas de Invierno
Las heladas tormentas del invierno
acentuaron los surcos de la cara.
¡Medusa fui dentro del tibio vientre!
Pronto… seré coral fuera del agua.
En tanto el tiempo con su prisa vierte
su infinito caudal sobre la vida
y en chispa de la chispa le convierte,
dudo si soy o he sido
y si es cierto el ayer,
el hoy y el siempre.
Verdugo catabólico, ¡Arremete!
que si nada es la vida ante el espacio,
nada tampoco debe ser la muerte.
Acabarás la fuerza de mi cuerpo,
pero no acabarás la de mi mente
porque mora en las nubes
y en el viento,
y se queda su cúmulo
en el tiempo,
hasta fundirse en el espacio eterno.
Dzunum