Quién….es un Líder

(Relato Histórico)                          

2004

A propósito de los artefactos explosivos detonados en tres oficinas bancarias (y otra más, fallida), en la población de Jiutepec, Mor. en las primeras horas del domingo 23 de los corrientes y haciendo un lado todos los cuestionamientos que pueden surgir sobre los hechos y sus motivos, que pueden ser muchos,  (como la desigualdad social, la banca en manos de gansters o la impunidad del gobernador de la entidad dedicado al

 

                   Rubén Jaramillo

narcotráfico), al enterarme de que los panfletos dejados por los dinamiteros se referían a un aniversario más del artero asesinato del líder zapatista Rubén Jaramillo junto con su esposa e hijos, nuevamente renació mi indignación y me puse a remembrar con amargura y también con nostalgia.

Tengo algunos recuerdos del día 27 de mayo de 1962.

Me encontraba en la, desde entonces tranquila ciudad de San Luís Potosí, capital del Estado del mismo nombre. Estaba allí para la práctica de un ajuste de seguros con motivo de un conato de incendió que sufrió una pequeña fábrica de aceites, precisamente llamada Fábrica de Aceites San Luís.

Había pasado la noche en un hotelito colonial que rebosaba pulcritud y me sentía alegre y optimista en una mañana espléndida, en plena juventud y después de un sueño plácido en una cama de latón bien abrillantado y unas deliciosas sábanas seguramente parecidas a las sábanas de Holanda de las que habla Federico García Lorca.

En un rincón -también recuerdo- sobre un armazón metálico, había una palangana o jofaina, de blanco peltre (allá le llaman lebrillo) y una gran jarra de agua (de aquella agua deliciosa que existía en el Bajío en aquellos tiempos). Las toallas en el toallero, de impecable blancura.

Lo dejé todo como estaba. Preferí salir, de acuerdo a mi costumbre, a darme un buen regaderazo aunque el baño se encontraba fuera de la habitación.

Saboreaba mi café negro en el restaurante del hotel y disfrutaba el tabaco de mi cigarro, alojando el humo en unos pulmones vigorosos y aún limpios. Además con la atmósfera de esos años, el aroma del cigarrillo era un deleite.

Abrí un periódico local, que alguien me alcanzó y vi con estupor e indignación el titular de la primera plana que decía: ¡Rubén Jaramillo asesinado!

Al enterarme en detalle de la noticia, mi malestar empeoró: Decía la crónica de la noticia, que fue masacrado por elementos del ejército mexicano (¡qué vergüenza!), en compañía de sus dos hijos, su esposa y su nuera embarazada. Fueron pasados a bayoneta calada. Desde entonces tengo aversión por los militares.

Rubén Jaramillo: luchador social, nacido en 1900 en Tlaquiltenango, Mor.  A la edad de 14 años se unió al ejército zapatista donde luchó hasta la muerte del Caudillo del Sur.

Se le debe la creación (con el apoyo del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, del Banco Ejidal y del Ingenio Azucarero de Zacatepec, que llegó a ser el más grande de América o parece ser que del mundo.

Fue Co-fundador de la Unión Nacional de Productores de Caña y aunque luchaba pacíficamente por  el reparto de tierras, continuando la labor de Emiliano, tuvo que tomar de nuevo las armas contra los enemigos, caciques y funcionarios, corruptos, como siguen siendo en la actualidad, con el apoyo del Partido Comunista Mexicano. Obligado por las circunstancias  mantuvo una resistencia armada en las montañas de Morelos.

Durante el gobierno del Gral. Manuel Avila Camacho  fue amnistiado y se le permitió conservar sus armas, dedicándose a la vida normal de nueva cuenta.

En 1945 fundó el Partido Obrero Agrario Morelense y en dos ocasiones: 1945 y 1952 luchó por la gobernatura de Morelos, sin haberlo conseguido.

Organizó a los campesinos para trabajar las tierras ociosas de Morelos y finalmente en 1958 el entonces Presidente de la República, Adolfo López Mateos, le brindó garantías para que dejara definitivamente las armas, pero transcurridos cuatro años, Rubén Jaramillo fue masacrado por elementos militares y policía judicial de Morelos.

Una semana antes (del asesinato) López Mateos se hizo fotografiar en un abrazo aparentemente fraterno con Rubén Jaramillo. Esta fotografía la publicó en su portada la revista Política que dirigía el también luchador social Manuel Marcué Pardiñas.

Sí señores, el gobierno del Lic. Adolfo López Mateos ordenó el vil y más despiadado asesinato de la historia de México, en la persona de este  Líder Agrario y su familia. Así se las han gastado los Presidentes de México (con muy escasas y honrosas excepciones).

A través de los años han surgido algunos rumores de lo que podría ser verdad.

Se dijo que el “aneurisma” que causó la muerte de López Mateos no fue tal, sino un balazo en el cuello. Asimismo que los campesinos de Morelos fueron borrando del mapa uno a uno a los que intervinieron directamente en la ejecución de Jaramillo y su familia: soldados y judiciales.

A lo largo de la República Mexicana cientos de calles y avenidas, así como escuelas y nosocomios, llevan el nombre de López Mateos. Así es este México que hace honor a quien menos lo merece.

El nombre de Rubén Jaramillo, que yo recuerde, no, ninguna calle. Tal vez en Morelos, algún ejido o callejón de pueblo lo lleve.

Pero uno de mis hijos sí lo lleva orgullosamente y también lleva el nombre de Rubén la letra de un corrido que yo compuse y que comienza: “Ya muchos te han olvidado. Aunque tu muerte sintieron. Pero habemos muchos otros. Que guardamos tu recuerdo. Quisiera que me escucharas. Jaramillo desde el cielo”

Dejé a medias el desayuno en San Luís Potosí y me tragué la amargura que sigo tragando cuarenta años después, al ver a mi Patria secuestrada de por vida por mafiosos.

                                                                                                              Dzunum

 

 

       El abrazo... y a la semana: la ejecución.

     RUBEN JARAMILLO


              (Corrido)                L y M Dzunum


Ya muchos te han olvidado
aunque tu muerte sintieron,
pero habemos muchos otros
que guardamos tu recuerdo


Quisiera que me escucharas
Jaramillo desde el cielo.

Nunca dejaste la lucha
que te heredara Zapata
“La tierra, dijo Emiliano,
es para el que la trabaja”


“Tierra y Libertad” exige
El famoso “Plan de Ayala”

Labraba la tierra ociosa
robada por los caciques
Era labor espinosa
como rama de mezquite


Pero un luchador social
sin riesgo, no tiene chiste.

Lázaro apoyó a Rubén
Manuel le dejó sus armas
para que de los caciques
se pudiera defender


Alemán y Ruiz Cortines
nada quisieron con él.

Rubén continuó la lucha
por la justicia en Morelos
Por eso buscó la ayuda
de Adolfo López Mateos


el que lo mandó matar
pero lo abrazó primero.

Adolfo López Mateos,
¿Por qué lo mandó matar
con sus hijos y su nieto
que apenas iba a brotar?


Le hicieron su Chinameca
allá en su tierra natal.

Las nuevas generaciones
no te deben ignorar
Por eso en este corrido
tu historia vengo a cantar.


Aquel veintitrés de mayo
maldita fecha será.

Muy cerca de Xochicalco
te llevaron a matar

chacales de dos gobiernos:

estatal y federal


El que acabó con tus sueños
también acabó muy mal.

Dzunum

 

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